sólo para invitados, gracias.

Eres tan complicada como hacer un puente para cruzar el océano. Dices una cosa con los pensamientos, pero a la vez me haces creer que es todo lo contrario, y luego te excusas diciendo que el fin no lo justifica los medios.

Aunque para medios nunca fuiste buena, pero siempre dejabas confiar a la gente en la media aritmética, para que nunca se desviasen de mirarte entre las dos cejas, para poder intentar engañarles, y digo intentar porque nunca has tenido éxito alguno (sólo algunas veces).

Los tarros te los comes por tabletas, pero sólo cuando son efervescente, para oir lo que cuentan el sonido de las burbujas, y estoy casi seguro de que por dentro sabes a chicle de fresa, aunque digas tener el sabor del peor jarabe para la tos que exista.