Tápate los oidos, fuerte, fuerte, fuerte, más fuerte todavía...


miércoles, 9 de marzo de 2011

16:00


Desde que se enteró de que se podía vivir en el mundo de los sueños se ha instalado allí. A veces cuenta que acorta las distancias, profundiza en las miradas, y se anuda palabras como corbata. Y es por eso por lo que duerme mucho, a veces demasiado, o incluso a veces hasta que los problemas de la boca del lobo salpican, como se dijo una vez.

Allí sus dedos tienen hilos, hilos invisibles que manejan conversaciones hacia un lado bueno, o a veces hacia uno malo, pero para que siempre tengan un final de nubes con forma de cualquier cosa. Maneja posturas y corazones, maneja sentimientos y hace malabares con las mentes.

Y es por eso por lo que nunca quiere volver, porque alli acorta las distancias, y profundiza en las miradas, y es por eso por lo que le hace oídos sordos al despertador, lo transforma en alarma de simulacro de incendios y corre fuera del colegio, lo convierte en latidos de un corazón nervioso o en el sonido que suena al morderse las uñas.

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