Tápate los oidos, fuerte, fuerte, fuerte, más fuerte todavía...


martes, 8 de marzo de 2011

El final de nunca es solo la "a".


Te tengo, y te entretengo y entre tango y tango, latidos. Puede que todavía no haya llegado toda la razón que debería, y tal vez todavía piense con la parte derecha de mi cerebro,y que no controle aquellas cosas que vuelan como el papel, tan alto como los aviones.

Cuatro disparos y un bigote azul,y unas pocas sonrisas (pero pocas) encienden las farolas donde doy vueltas cuando llueve, pero el hecho de no llevar paraguas lo he premeditado, por aquello de que se me aclaren las ideas, para luego atacar con todas mis fuerzas a tu voluntad inquebrantable, como siempre.

Un cuento chino para niños es suficiente, o a veces incluso demasiado. Dices que tal vez, o que quizás, y soplas para que las palabras se las lleve el viento, y tengas un espacio vacío para llenar con idioteces, a veces, de filósofo griego.

Ahora resulta que llevas tú el volante que hará que nos estrellemos contra el Sol, a más de 40ºC a la sombra; y me sacas la lengua, y aprieto los labios, contra los míos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario