lunes, 26 de diciembre de 2011
Hay dos tipos de personas: tú y el resto.
Tus palabras son las que más alto vuelan del mundo. Yo las soplo, pero tú las empujas mucho más fuerte. Y tus aviones llegan mucho más lejos que nadie, y cargan con mucho más peso que nadie, y me cargan a mí mejor que a nadie.
Tu orgullo, que es mi favorito, siempre te va a decir que no. Y yo siempre voy a darle la razón. Tu metro y medio de hierro es más alto que el metro y medio de paja que ve el resto del mundo en el ojo ajeno, y si tu rabia me inspira a enfadarme, tu amor me inspira a follarte.
Y tú me inspiras a tí.
Y tú me hueles a tí.
Cuando se trata de tí, sí. Soy un tirano. Te miro y me envuelves, y tus gestos me sonríen, y mis venas se contraen y tus pensamientos se anudan con los míos.
Pero sólo estoy yo. Pendiente, dependiente, interdependiente.
Constante.
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Joder, he perdido la cuenta de cuantas veces me he leído este texto en este blog y en el de http://pensamientocartesiano.blogspot.com, (pasen, pasen y vean), y te juro que no me canso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que voy a leerlo una vez más.